La tiña es una infección fúngica frecuente de la piel, el cuero cabelludo o las uñas, no un gusano propiamente dicho. Está causada por unos hongos llamados dermatofitos y recibe su nombre de la erupción circular en forma de anillo que suele crear en la piel. La tiña del cuerpo también se llama Tinea corporis, y es una infección fúngica. Un hongo es un germen demasiado pequeño para verlo. Recibe su nombre del anillo o círculo que forma en el cuerpo.
En la piel: Manchas o anillos rojos y escamosos que pueden picar o formar ampollas.
Cuero cabelludo: Parches escamosos, caída del cabello y, a veces, puntos negros donde se desprende el pelo.
Uñas: Uñas engrosadas, descoloridas y quebradizas.
La tiña es contagiosa y puede propagarse:
Los hongos prosperan en zonas cálidas, oscuras y húmedas del cuerpo. Para evitar que la tiña se propague a otras personas:
El tratamiento de la tiña varía en función de la gravedad de los síntomas y de la zona del cuerpo afectada, como la piel, el cuero cabelludo o las uñas.
Los medicamentos antifúngicos están disponibles en forma de cremas, pomadas, lociones, polvos y pastillas. Algunos casos leves pueden tratarse con productos antifúngicos de venta libre, mientras que otros pueden requerir medicación con receta.
Evita utilizar cremas de venta libre que contengan esteroides o corticoesteroides para la tiña o las erupciones no diagnosticadas, ya que pueden empeorar la infección.
La tiña cutánea, como el pie de atleta (tinea pedis) y la tiña inguinal (tinea cruris), suele tratarse con medicamentos antimicóticos de venta sin receta. Estos productos -disponibles en forma de cremas, pomadas, lociones o polvos- suelen aplicarse durante 2 a 4 semanas. Asegúrate de seguir las instrucciones del producto y de continuar el tratamiento durante toda la duración, aunque mejoren los síntomas.
Entre los tratamientos antifúngicos comunes sin receta se incluyen:
La tiña del cuero cabelludo requiere medicación antifúngica recetada por vía oral durante 1 a 3 meses, ya que los tratamientos tópicos como cremas, lociones y polvos son ineficaces. Los medicamentos antifúngicos recetados más comunes para la tiña del cuero cabelludo son:
Las infecciones fúngicas de las uñas de las manos o de los pies pueden causar decoloración o cambios en la forma de las uñas. Dado que estos síntomas también pueden deberse a otras afecciones, es esencial consultar a un profesional sanitario para obtener un diagnóstico adecuado antes de iniciar el tratamiento.
El tratamiento precoz es clave para controlar eficazmente las infecciones fúngicas de las uñas. Los antifúngicos orales recetados suelen ser la opción más eficaz. En algunos casos, puede ser necesario extirpar por completo la uña infectada. La recuperación puede llevar de varios meses a un año.
Si no se tratan, las infecciones fúngicas de las uñas pueden extenderse a la piel circundante. Incluso después del tratamiento, pueden reaparecer, sobre todo en personas diabéticas, que tienen mayor riesgo de infecciones recurrentes.
Aunque existen tratamientos de venta libre, lo mejor es consultar a un dermatólogo cerca de si sospechas que tienes tiña. Ellos pueden diagnosticar la infección y recomendarte el tratamiento más eficaz.
Ciertos tipos de tiña pueden requerir pruebas y medicación recetada.
Asegúrate de ponerte en contacto con un profesional sanitario si
Un tipo de tiña más grave y resistente a los antifúngicos se ha extendido por todo el mundo, y se han registrado algunos casos en EE.UU. Estas infecciones pueden no responder a los tratamientos estándar contra la tiña.
Ponte en contacto con tu médico si tienes síntomas de tiña que:
Asegúrate de informar a tu profesional sanitario sobre tu historial de viajes recientes.
Evita utilizar cremas o pomadas que contengan esteroides (corticosteroides) para la tiña o erupciones no diagnosticadas que pudieran ser tiña.
Muchos tratamientos de venta libre para las erupciones contienen corticoesteroides, que pueden empeorar las infecciones por tiña. Estos medicamentos debilitan las defensas de la piel, permitiendo que el hongo se extienda más. También pueden intensificar el ardor y el enrojecimiento.
Además, los corticoesteroides pueden alterar el aspecto de la tiña, dificultando al personal sanitario el diagnóstico y el tratamiento precisos de la infección.